martes, 30 de julio de 2013

LA NUEVA LITERATURA


Cuando el maestro Félix de Azúa estudia a Baudelaire hace un análisis de su obra basándose en el concepto de la metrópolis.

El pánico de los intelectuales y los artistas es interesante y requeriría un trabajo que todavía no ha sido realizado: la metrópolis, como corazón de la ‘civilización’, es decir, de la industrialización, el capitalismo nivelador y la tecnociencia mercantil, aterra a quienes menos debían de sufrir sus consecuencias.


Básicamente viene a decir que la nueva ciudad, el París de mediados del siglo XIX, era una ingente masa de edificios y desigualdades sociales que permitieron la creación de Las flores del mal y con ellas del Simbolismo.
Por otro lado, el profesor Santos Alonso analiza la literatura española de 1975 a 2001; en este análisis comprende que “la novela, puede ser contemplada hoy, fundamentalmente, desde un punto de vista económico y concebida, en primer lugar, como un producto industrial de consumo, al igual que las demás actividades culturales: el cine, la música, la pintura, la danza, etc.”. Hasta tal punto ha llegado a ser esto así, que dentro de las personas más ricas del mundo se encuentran varios autores que han vendido millones de ejemplares (Stephen King, J. K. Rowling o Carlos Ruiz Zafón); autores que han logrado vivir de lo que escriben (y vivir muy bien). No hace falta recordar, que en el mundo del arte, el que triunfa económicamente, suele acabar olvidado literariamente hablando.
Hasta tal punto ha llegado a ser así, que hay quien se ha valido de esta idea para burlarse de este tipo de literatura (o mercado).


La comercialización ha llegado al mundo del libro y la literatura ha huido. Lo repetiré para que las editoriales se den por enteradas: la literatura ha huido de los libros. De hecho solo echar un vistazo por las librerías o por la televisión (ahí tenemos a Lucía Etxebarría o a Fernando Sánchez Dragó) nos permite comprender que lo importante no es el contenido, lo importante es que se venda. Cuando hablas con las distribuidoras de los libros, su afán no es descubrir al nuevo Alejo Carpentier, al contrario, su afán es vender y por eso se pelean por las biografías de los políticos o de los famosetes que destaquen en un momento determinado (literatura con fecha de caducidad). De la lista de los libros más vendidos de 2012, destaca, única y exclusivamente, que el sexo y el amor es lo único que vende. Mira que lo dijo repetidas veces Miguel Delibes en Cinco horas con Mario:

Vamos a ver, tú piensa con la cabeza, ¿quién iba a leer ese rollo de El Castillo de Arena donde no hablas más que de filosofías? Tú mucho con que si la tesis y el impacto y todas esas historias, pero ¿quieres decirme con qué se come eso? A la gente le importan un comino las tesis y los impactos. […] Yo misma, Mario, ¿no te dije yo misma mil veces que buscases un buen argumento, sin ir más lejos el de Maximino Conde el que se casó con la viuda aquella y luego se enamoró de la hijastra?

Pues nada. No hemos cambiado nada, seguimos buscando un buen argumento, libros que se convierten en películas o series. Guionistas que escriben libros que lo único que hacen es rodar a través de asesinatos y más sexo (George R. R. Martin).

Pidiendo asilo, viendo que el papel la había abandonado, la literatura encontró su fuerte en la Red. Baudelaire veía la metrópolis como algo oscuro y complejo que trataba al ser humano con grandes desigualdades. En cambio, Internet no es un lugar hostil para aquellos que lo conocen (los que lo desconocen lo temen y lo injurian, pero todos sabemos que son una especie en extinción). De este modo, han aparecido una caterva de sitios, lugares, escritores que no han encontrado cabida en el mundo editorial por no haber prostituido su literatura. Esta gente, estos lugares son la nueva literatura. Lo resume perfectamente Hernán Casciari, uno de los padres de este tipo de literatura en su charla TED.


A partir de aquí, lo que hemos logrado ha sido encontrar un tipo de literatura completamente nueva, que sale de los cánones de las editoriales, lo que hemos dado en llamar: la PRIMERA LITERATURA LIBRE. Ya no son novelas, cuentos y poesías; no, esta vez tenemos auténtica libertad creadora que une todos los géneros literarios conocidos y otros que no sabríamos dónde encuadrarlos. Este tipo de literatura es universal, tiene una comunicación directa con el público, debido a su gratuidad, ya que huye de la codicia. La distribución ha desaparecido, se “ha matado al intermediario”, por eso no tiene ni publicidad, ni subvenciones, y sí una alta calidad. El objetivo de todos estos autores es darse a conocer, ser leídos.
La edición ha perdido, el papel ha perdido, ya no es literatura, es un culebrón. Ahora mismo, el mundo de Internet es tan grande que sería imposible cortarle las alas (incluso ya hay subliteratura dentro de este nuevo género: Vicent Finch). No pasarán a la historia de la literatura ni Dragó, ni Etxebarría, ni siquiera las nuevas obras de Reverte, que un intento desesperado de no caer en el olvido eterno ha intentado modernizarse. Será más recordado por los artículos, por sus tweets, que por las nuevas obras. Delibes supo modernizarse, pasó de la literatura existencial (La sombra del ciprés es alargada), a la literatura social (El camino) y llegó a la literatura experimental (Cinco horas con Mario o Los santos inocentes). Reverte, desde El húsar y El capitán Alatriste, vendió su literatura al placer del mercado, encontrándose a sí mismo, de nuevo, en la red, formando parte de esta primera literatura libre, donde la codicia capitalista ha desaparecido.
Ahora bien, su obra no es la más importante de esta época. Este grupo lo forman personas como el ya mencionado Casciari, Raúl Minchinela, Xavier Àgueda, Juan Ramón MoraGretel González Picatoste, Rafael Vives... y una larga lista de autores que a través de Twitter, sus blogs, tumblr, wordpress… han abarcado el amplio espectro de la primera literatura libre.  Y sí, su nombre es la primera, porque detrás de ellos hay muchos más, otros autores a los que aún les queda mucho por decir: Mort, Oveja Man, el Barón Rojo...

Y ya que estamos, a partir de ahora, comenzaremos a saber quiénes son el primer grupo libre y olvidaremos a todos los que copan los escaparates.

11 comentarios:

  1. Mal empezamos, Xavi. Ya somos un algo. Es el principio del fin.

    Me sumo a la lágrima. :P

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  2. ¡Maemía, qué nivel de lagrimeo!
    Por la calidad de los lagrimadores quiero decir :D

    Sobre ese "principio del fin" que comenta JRMora, habrá que estar atentos, no sea que la nueva ola se convierta en casta clásica y casposa y no nos demos cuenta.

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  3. Luiiiisss... Muy buena y acertada la entrada, sin embargo, no menospreciemos a los que aún sobreviven o a aquellos que intentan hacerse un hueco "a lo tradicional" -al menos permítemelo por nostalgia del olor que desprenden las hojas cuando las vas pasando... - y cuidado internet. Es cierto que ha supuesto toda una revolución dentro del mundo de la Literatura, que ha conseguido que sea esta más asequible y accesible al gran público, pero en un árbol tan grande también son muchas las manzanas podridas :P

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  4. Le he dado muchas vueltas. He escrito y borrado el comentario en el blog como 10 veces. No se que poner. No me considero lo suficientemente inteligente o reflexiva como para contestar sobre un tema que me pilla tan "en bragas". Por otro lado soy de esas que escribe a través de las redes sociales, sin considerarse ni mucho menos, escritora y que cree que internet tiene dos cara(como todo)que prefiere leer en papel y cuida como oro en paño sus libros, a pesar de tener un ebook. como se come eso? pues con calma.
    ¿Un simple "me gusta" vale?
    pues me gusta. Muy interesante artículo.

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    1. Pues yo me quedo con ganas de conocer aunque sea el borrador de esas ideas.

      Muchas gracias en cualquier caso :D

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  5. La verdad es que el artículo ha logrado cimentar una idea que percibía indirectamente pero que no lograba ver y es esa idea de que la literatura ha huído de los libros. Aunque aún se editan libros de autores que te pueden revolver en el alma (Vila-Matas me fascina) son obras que no cuentan con la adecuada publicidad. No sólo por parte de las editoriales sino por parte de casi cualquier medio público en general. ¿Donde puede enterarse uno de que hay una buena novela de un autor que busque verdaderamente transmitir algo? en Babelia? alguien sabe qué es eso? alguien se va a parar a leer una revista de Literatura cuando la Literatura no interesa?

    Con echar un ojo la evolución de la literatura vemos fácil que la idea del Mecenas, de aquella persona/institución/estructura que pagaba dinero simplemente porque la cultura era algo a potenciar, ha desaparecido, no existe ya esa figura, ni pública, ni privada...o mejor dicho, no existe esa figura de los viejos tiempos que ha desaparecido y son las personas como Casciari las que abren una nueva vía. En cualquier caso estas nuevas perspectivas como la de Orsai o las que internet brinda me resultan alentadoras, cuanto menos abren una vía que escapa del control de los grandes medios/editoriales.

    Deseando leer los siguientes artículos :)

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    1. Me das qué pensar con lo de los mecenas. Por una parte (enlazando con el de sociología) todos lo somos, ya sea directamente (crowdfounding) o a través de la publicidad en internet. Y por otra, tal y como dices, Casciari es un mecenas "de la atención". Es capaz de utilizar su fama/prestigio para ayudar a otros autores. Y eso ahora es más importante que la financiación.

      Gracias pues

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    2. Lo del mecenas no deja de ser algo demasiado renacentista como para que se pueda incluir en el siglo XXI. Además, cada vez que un autor gana el premio Planeta (cien kilos de las antiguas), los autores no escriben mejor, de hecho, hay quien ha dejado de ser un buen autor. El ejemplo más interesante es Espido Freire, que con "Irlanda" (que se tradujo a varios idiomas) se presentó como una de las autoras con más expectativas; cuando ganó (la autora más joven) con "Melocotones helados" las ilusiones que se crearon desaparecieron, convirtiéndose en una mercenaria más. Los mecenas crean mercenarios, no intelectuales.

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    3. Supongo que la discusión va más por ponernos de acuerdo con el término. ¿Llamamos mecenazgo al crowdfunding (ejemplo y otro) y a Orsai/Casciari?

      Me da que van a surgir cuestiones parecidas con otros términos... ¿los RT y el muro de Facebook son formas de distribución, de marketing, ...?

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