sábado, 29 de noviembre de 2014

Reflexión - Me he pasado de rosca

Nacemos y morimos. Esta es mi realidad más palpable. Lo que pasa antes y después de estos dos hitos, por ahora, sólo puedo racionalizarlo como la nada, o como un estado al cual sólo tengo acceso mediante “patas de conejo”, “biblias o coranes”, “profetas”… que me ayuden a racionalizarlo para que tome forma y solidez. De momento me quedo con la nada.

¿Y entre medias? Esto es lo que me ocupa. ¿Qué pasa mientras estoy viviendo? Últimamente necesito hacer un esfuerzo por afianzar ciertos conceptos que me resulten válidos. Pero esto no ha sido así siempre.

Recuerdo tener superpoderes cuando era niño. Recuerdo tener claro quién era verdugo y quién víctima mientras era adolescente. Recuerdo justificar mi comportamiento siempre. Todo tomaba sentido cuando lo pensaba. Cuando se me planteaba el comportamiento de alguien violento, lo resolvía con la negación de su validez. El violento era malo porque sí. Cuando se me planteaba el comportamiento de alguien loco, lo resolvía afirmando que así era por las evidencias que se me brindaban y que yo mismo ponía sobre mi mesa como ciertas. Ahora me he pasado de rosca.

Por ejemplo, si pienso, sentado delante de mi escritorio, sobre la violencia (física o psíquica) que quiero ejercer sobre mis hijos para que su vida se acerque a un sentido que me resulte válido, he perdido mi previsión de criterio. Solo sé que no sé lo que pasará ni lo que significará para mí o para mi entorno.

Pero no me quiero quedar en el raciocinio orientado a entender mi entorno cercano o lejano o cómo influir en él. Lo que más difícil me está resultando es convivir conmigo mismo. ¿Cómo no he tomado consciencia antes? Lo más difícil de digerir está detrás de mis narices.

Sí, soy parte de un todo. Sí, soy parte de grupos contenidos y continentes de otros. Sí, puedo y encontraré reafirmación de aquellas cosas que busque. Ahora ya no tengo criterio porque mi propia reafirmación sobre mis ideas no ME vale. Este texto se puede poner en duda, y es la mayor aproximación a la realidad.

De momento NO PUEDO QUEDARME CON OTRA COSA QUE NO SEA HACER. De lo único que puedo tener cierta certeza, es del momento que vivo. Lo único que es real, que tiene que ver con la realidad que vivo, es lo que hago, siento, pienso… MIENTRAS SUCEDE algo. Y claro, esto es por el momento,  mientras escribo estas palabras. Mañana será otro día, y lo más relevante es que haré algo. Comienzo otra vez más.

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